Thursday, December 12, 2013

Combate Estelar (y vital)




- Está todo listo para el ataque, almirante - balbuceó Gaeta.

En lo más interno, Adama sabía lo que iba a ocurrir. Como un comandante curtido en múltiples batallas, el almirante, hierático, sabía que todo se acababa. Él sería el último muerto de Galactica. Tenía claro que mantendría la artillería pesada a máximo nivel el tiempo que hiciese falta. Moriría matando.

He visto BSG (2003-2009) en dos partes separadas por años. Quizás, en su momento, no le dí todo el valor a una serie que mejora temporada tras temporada, manteniendo la incertidumbre sobre la que se sustenta toda la trama: buscar la tierra.

¿Quién dijo que una serie de ficción - al igual que en una novela de ficción - no retrata la realidad tan cruda como el mejor relato terrenal?

La humanidad se mantiene en vilo tras un guerra perdida con las máquinas cylon creadas por ellos mismos. No les queda otra opción que vagar en el espacio en busca de un asentamiento que no llega: la tierra. Esta utopía se puede trasladar a la búsqueda de nuestros objetivos vitales: ¿debemos buscar la tierra pase lo que pase? ¿tenemos que encontrar la tierra en el espacio?.

Estos cylons han evolucionado con el paso del tiempo hasta parecerse a los humanos. ¿qué ganan las máquinas con la evolución? Pues da que pensar dado, que si somos pragmáticos, este avance les hace débiles, simples mortales. Pierden toda ventaja que tenían siendo máquinas y muestran tristeza, compasión, amor, o, incluso, dolor. Por otra parte, pueden adelantarse a los que piensan los humanos, empatizan hasta tal punto que no sabe a qué bando pertenecen.


Otro punto a tener en cuenta es el "insight" de ciertos personajes cuando se dan cuenta que, a pesar de haber vivido como humanos, son cylons. En la vida, al igual que en un proceso terapéutico, la toma de conciencia sobre lo que nos hace sufrir o hace sufrir a los demás es el paso de rubicón - fui así y seré así -.

En esta época de crisis económica y, de forma conjunta, también de valores y principios. BSG nos encamina hacia un aprendizaje sobre la vida, la enfermedad o la redención. Nos revela que la nave puede hundirse, puede zozobrar, puede ser asaltada; pero que siempre hay un arma al lado, una granada sin anilla o un gatillo bien engrasado preparados para el último clic.



Sólo hay una forma de darse cuenta que te ha gustado la serie -  y pasa también con algunas novelas -, eres una persona diferente antes y después de visionarla. En manos del espectador está el asumir (insight de nuevo) el cambio o dejar que otro almirante comande la nave, porque, al final del camino, da igual que seas humano o cylon.

Friday, February 22, 2013

Nuestro espejo negro del alma


La trilogía novelada distópica por excelencia - 1984, Un mundo feliz y Fahrenheit 451 -  ya tiene continuación en el nivel visual: Black Mirror.



El espejo negro nos muestra todos nuestros miedos futuristas asociados a las nuevas tecnologías, nos martillea nuestras conciencias hasta ponerla en un punto asfixiante e incómodo. Cada capítulo de esta miniserie - actualmente en la segunda temporada - pone al espectador en una encrucijada presente-futuro difícil de dirimir ¿podría llegar a pasar lo que nos plantea Brooker?

En el primer capítulo "el himno nacional" se nos muestra las elecciones tomadas ante dos alternativas incompatibles y sin posibilidad de salir airoso de ninguna de ellas. El sacrificio por la salvación ajena versus la hipótesis de la tercera persona de Davison queda patente en esta particular Espada de Damocles.

15 millones de méritos ha bebido mucho de Orwell y su gran hermano. Programas televisivos de gran audiencia que traspasan la ficción y convierten al participante en un fin en sí mismo. Se me viene a la cabeza la gran película el show de Truman como el paradigma de este corolario.

Mi favorita de esta primera temporada, tu historia completa, aborda uno de los temas médicos que más preocupa a la población en general: la pérdida de la memoria. Si bien el film Olvídate de mí de Michel Gondry se alimenta de la eliminación de contenidos mnésicos selectivos, en este capítulo de Black Mirror, a modo de memoria fiel, el chip implantado permite el registro de todo lo vivido de forma objetiva. Estaríamos hablando de la muerte del olvido. La memoria, como una estructura neurofisiológica, es imperfecta; reconstruye, interfiere, confabula, olvida y decae. La simple reviviscencia de lo ocurrido nos estancaría en el pasado de forma perenne, no podríamos  avanzar: la cárcel de los recuerdos.



La segunda temporada arranca muy fuerte: Be right back se adentra en el mundo de la novela de Saramago "el hombre duplicado" y en el problema de esta postmodernidad para gestionar nuestras emociones en lo referente al duelo por lo perdido. La tecnología nos posibilita una amplia sedación, a modo de fármaco, de nuestras conciencias, nos da lo que queremos - o queremos creer - en cada momento. Una bonita paradoja : parchear los agujeros de las tuberías por donde se escapa el agua pero sin saber de dónde proviene la fuga.

Y llegamos al capítulo más desconcertante de todos: White Bear. Aquí se sigue abordando la telerrealidad, pero esta vez como forma de subsanar la injusticia. ¿Comparaciones con de buena ley emitido en telecinco? A modo de parque jurásico penal, las personas dejan de serlo de forma inherente para convertirse en meros espectáculos andantes. El sufrimiento, los psicofármacos, la indiferencia ajena y la telerrealidad toman forma para sumergirnos en un mundo amoral, donde el espectador aplaude, grita, pero no puede apagar la televisión porque forma parte de su vida.





Final 2 temporada: el  momento de Waldo: ¿os acordáis de la estrategia de Gabbo en el capítulo de los Simpson? Pues en esta season finale de la segunda temporada de black mirror, Brooker y su equipo dan un paso más allá presentándonos a Waldo, un muñeco azul sarcástico y políticamente incorrecto, que se presenta a las elecciones británicas. 

Los políticos y sus campañas son productos de consumo de usar y tirar. Sólo importa el voto. Si el armazón para conseguirlo está constituido de forma eficaz nos da igual los valores, intereses y sentimientos que subyacen al producto (Waldo). 




Quizás este episodio sea el más flojo de los emitidos hasta el momento, pero ¿qué quieren que les diga?  Black Mirror es una serie para disfrutarla, paladearla y debatirla. Da igual que el tema haya sido tratado o visto en otras series, nos interesa el poso que queda después de verla: la fuerza de luchar para no ser convertidos en lo que Black Mirror nos relata. Quizás, ¿para volver hacia atrás?...






Friday, September 28, 2012

Thrash Español

Partiendo del desfase socio-cultural que acompaña a España tras una guerra civil, una dictadura, una más que costosa y dudosa transición, y una actual crisis económica; la música española, al igual que el cine, está aproximadamente 30 años por detrás de producciones internacionales.

Hacia los principios- mitad de la década de los 80, arrancaba en los Estados Unidos de América un sub-género musical con riffs potentes, baterías rápidas y voces alejadas del clásico agudo del Heavy tradicional (i.e: Halford, Dio, Robert Plant, entre otros), de la mano del Power in Black (Overkill, 1981) y con éxito masivo del Kill´em all (Metallica, 1983), Killing is my Business...and Business is Good (Megadeth, 1983) y el Fistful of metal (Anthrax, 1984)  Si queremos ser más puntillosos, el surgimiento lo podemos ubicar en dos zonas bien definidas, como son San Francisco y Tampa - Florida - con bandas archiconocidas (Death Angel "Ultra violence, 1987" , Testament "The Legacy, 1987" y Exodus "Bonded by blood, 1985") .


El desarrollo y posterior consolidación vienen envueltas en papel de seda con el Reign in Blood (Slayer, 1986) o el Pleasure to kill (Kreator, 1986), por citar algunos ejemplos. También en Alemania surgieron grupos con una influencia más que notable en la actual concepción del Thrash (Sodom, Destruction, y los ya citados Kreator).

Mientras, en España estábamos sumergidos en la edad de oro del pop (?¿) con grupos como Radio Futura, Mecano, Los Secretos, El Último de la Fila, Loquillo, Cetlas Cortos...). Entonces, ¿dónde estaba el thrash metal español?. Pues en proyecto huevo, como decía un profesor mio. Lo más "metal" que surgió en España fueron bandas como Barón Rojo y su Larga Vida al R´R (1981), Barricada o Rosendo.

Hay que reconocer que en la década de los 90 empezamos a ver algo de luz en cuanto al acercamiento hacia lo tradicional, con álbumes con mucha promesa que luego se quedaron en agua de borraja, esto es, en decepción y en rutina unos, y en disolución otros (Mago de Oz, Ankhara, Tierra Santa, Avalanch...)

Un grupo que siempre marcó esa diferencia entre el metal antiguo y el nu-metal son los madrileños Hamlet, con una música que, sin llegar al Thrash, muestra paisajes de grupos como Sepultura o Pantera y que luego ha sido culminado con el grupo Vita Imana reventando los oídos de los alemanes en el Wacken ´10. Su nueva obra Uluh se desmarca de sonidos "sepultureros" para, en combinación con música tribal,  conseguir un sonido personal e íntimo.


El surgir del thrash metal español viene, sin lugar a dudas, de un grupo Albaceteño allá por el año 2000 llamado Angelus Apatrida. El rápido y genial Clorkwork (2010) hace de ellos un consolidado grupo y abre el telón a este sub-género en este país. Ahora bien, no sería de recibo comparar lo que significó el Kill´em all en la década de los 80 con el Evil Unleashed (Angelus Apatrida, 2007); si bien es cierto que en España siempre hemos querido tener grupos que hicieran música como Metallica, nunca conseguíamos cuajar en cuanto a estilo (Muro, Legión). Así pues, Angelus Apatrida proporcionaron el caldo de cultivo perfecto, tras años de dedicación y calidad, para el perfecto cocido del thrash hispano.



The Call (2012) confirma todo lo anterior y ratifica el buen estado de forma del género. Grupos como Crisix y su genial The menace (2011) o la maqueta a tener en cuenta de los Vallisoletanos No Concession , amén de grupos como The Eyes o Clorwork, hace que estemos inmersos en la era del thrash. Ahora bien, todavía tenemos una asignatura pendiente, el idioma nos cierra muchas puertas en cuanto a público y resonancia mediática, pero aun así, todavía no podemos hablar de un thrash 100% autóctono hasta que no utilicemos la lengua de Cervantes y nos ganemos el respeto con discos vendidos fuera de nuestras fronteras. ¿Os podéis imaginar un "Mátalos a todos" en la década de los 80?

Mi profecía va encaminada hacia grupos de la nueva era del metal española, los Machine Head, Fear Factory, Slipknot o Pantera españoles llegarán antes o después. Mientras tanto, disfruten del Thrash hecho en casa, que siempre sabe mejor.




Friday, September 14, 2012

Breaking Bad: Yo soy el que llama a la puerta




Walter White (WW) es un hombre casado, tiene un hijo adolescente con discapacidad y trabaja en un instituto como químico. Como su sueldo no da para mucho, también tiene un empleo a media jornada en un lavadero de coches.  WW es un hombre acopado, pusilánime, tímido, fagocitado por una sociedad siempre superior a sus anhelos. Todo ello se ve acuciado por el diagnóstico de cáncer de pulmón y el dilema de someterse a una costosa operación con unos márgenes no muy grandes de recuperación.

¿Qué harían en su situación? Pues lo que se resulta evidente: buscar un acólito drogadicto y sin capacidad de planificación, comprar una auto-caravana y fabricar metanfetamina. A priori parece sencillo, pero WW tiene que ir ingeniándosela para conseguir el material para poder fabricarla (robar probetas, máscaras, trajes de su laboratorio; sustraer metilamina de una fábrica…). Esto de por sí ya empieza a complicarse, pues si queremos todavía más acción sumaremos a la ecuación el papel de su cuñado, policía de la DEA (departamento antinarcóticos) que siempre estará a la acecho después de descubrir el producto que lanza al mercado WW, que como no podía ser de otra manera, es el más puro que jamás se haya fabricado.





A lo largo de estas 5 temporadas, WW y su compañero (Jesse Pinkman) dirimirán conflictos, tomarán cervezas, charlarán, tendrán debates morales, se las verán con el cárter mejicano, pero sobre todo, harán “meta”. Como en toda empresa tendrán que ir escalando a través del difícil mercado de la droga sintética, desde los camellos hasta los hombres que sólo ven dinero en sus cuentas bancarias. 

A medio camino entre Los Soprano (1999) y The Wire (2002), Breaking Bad navega de forma firme sobre el drama asfixiante en ocasiones cómico.



Siguiendo al psicoterapeuta austriaco Alfred Adler (1870-1937), WW (AKA: Heisenberg) buscará la forma asimétrica de compensar sus complejos derivando en una conducta amoral pero manteniendo su rol familiar-social, como en otras series han hecho Dexter (2006) o Tony Soprano. Esta dualidad hace que el espectador se sitúe entre el amor y el odio hacia las dos partes del mismo ego, y permita salvar la típica imagen maniquea de múltiples personajes de series conocidas.





Los diálogos, la perfecta ejecución de los secundarios - mención especial para Gus Fring y Mike Ehrmantraut -, una fabulosa banda sonora, y la inconmensurable figura de Heisenberg hace de Breaking Bad una de las series que de seguro estarán en tu top 5. 

El final de la serie se prevé para el 2013, así que no duden en poner en su reproductor esta serie extremadamente volátil.


Tuesday, September 11, 2012

Ciberadictos (XLsemanal)

Sacado de la revista dominical XLsemanal, la adicción a las nuevas tecnologías - ya no se puede decir internet - es un tema central entre los investigadores de la psicopatología y psicología clínica. A la espera de la quinta versión del DSM (a mediados del 2013), los expertos siguen discutiendo si cualquier conducta es potencialmente adictiva o, en este caso, la sobredosificación de aparatos tecnológicos hace que el sustrato neuroconductual se vea modificado y se generen un mayor número de actos compulsivos con síntomas de ansiedad y depresión asociadas. 



 En el verano de 1996, siete jóvenes investigadores del MIT llevaron a cabo un experimento para difuminar la línea entre el ser humano y el ordenador, para vivir de modo simultáneo. Durante varias semanas llevaron teclados en los bolsillos, radiotransmisores en sus mochilas y una pequeña pantalla delante de los ojos. Se hacían llamar 'cyborgs' y venían a ser una especie de monstruos. «Hoy todos somos 'cyborgs'», señala Sherry Turkle, psicóloga del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Han pasado solo 16 años de aquel experimento y ya es una realidad: en la actualidad vivimos en conexión permanente. En apenas unos cuantos años, una gran parte de los habitantes del llamado Primer Mundo se han 'fusionado' con sus máquinas. Miran una pantalla por lo menos ocho horas al día, más tiempo que el empleado en cualquier otra actividad, incluyendo dormir. Cuando Obama se presentó como candidato a la Presidencia, el iPhone todavía no había sido lanzado al mercado. Los teléfonos inteligentes hoy superan en número a los modelos tradicionales, y más de la tercera parte de los usuarios se conectan a Internet antes de levantarse de la cama. A la vez, el envío de SMS se ha convertido en algo tan natural como respirar: con independencia del grupo de edad, una persona recibe de media unos 400 mensajes de texto al mes, cuatro veces la cifra de 2007. El 'adolescente promedio' procesa el asombroso número de 3700 textos al mes, el doble que en 2007. Y más de las dos terceras partes de esos cyborgs normales y corrientes aseguran que a veces notan que su móvil vibra cuando en realidad no está vibrando en absoluto. El fenómeno ya tiene nombre: síndrome de la vibración fantasma. La investigación está dejando claro que Internet no es 'otro' simple sistema de transmisión de datos. Está creando un entorno mental nuevo. ¿Internet nos está volviendo locos? No, si de lo que estamos hablando es de la propia tecnología o de los contenidos. Pero todas las investigaciones realizadas en más de una docena de países apuntan en una misma dirección. Peter Whybrow, director del Instituto de Neurociencia y Comportamiento Humano de la Universidad de California en Los Ángeles, afirma con rotundidad que «el ordenador viene a ser cocaína electrónica», generador de ciclos de euforia seguidos por bajones depresivos. Internet «produce estados de ansiedad y provoca comportamientos compulsivos», incide Nicholas Carr, cuyo libro The shallows -acerca de los efectos de la web- fue nominado para el premio Pulitzer. La Red «fomenta nuestras obsesiones, dependencia y reacciones de estrés», agrega Larry Rosen, un psicólogo de California que lleva décadas investigando los efectos de Internet. El temor a que la Red y la tecnología móvil contribuyan a la adicción -por no mencionar los trastornos obsesivo-compulsivo y de déficit de atención- existe desde hace décadas, pero los escépticos al respecto hasta ahora llevaban las de ganar, apelando al sarcasmo muchas veces: «¿Con qué nos van a venir la próxima vez? ¿Con el abuso de los microondas o con la adicción a la barra de cacao para los labios?», escribió un crítico en 2006. Pero las cosas han cambiado. Tanto que el manual que se usa para diagnosticar enfermedades en Estados Unidos incluirá el próximo año por primera vez el trastorno de adicción a Internet, si bien en un apéndice con la etiqueta «a ser estudiado». En China, Corea y Taiwán, en los que hasta el 30 por ciento de los adolescentes están considerados adictos a la web, ya está aceptado dicho diagnóstico, y el uso problemático de Internet está empezando a estimarse como una grave crisis sanitaria. "Hay algo en este medio que resulta adictivo», dice Elias Aboujaoude, un psiquiatra de la Universidad de Stanford, donde está al frente del centro en lo referente a los trastornos obsesivo-compulsivos. El estudio que Aboujaoude hizo en 2006 de los hábitos problemáticos vinculados a Internet fue entonces criticado con sarcasmo, pero ahora es la base de su exitoso libro Virtually you. Incluso entre un grupo demográfico de usuarios de mediana edad el encuestado promedio era mayor de 40 años, de raza blanca y ganaba más de 50.000 dólares al año, Aboujaoude encontró que uno de cada ocho denotaba signos de utilización preocupante de la Red. En la Universidad de Maryland en 2010 se llevó a la práctica un experimento denominado Unplugged ('Desconectado'), en el que se pidió a 200 alumnos que durante un día se desconectaran de Internet y todas las tecnologías móviles y escribieran un pequeño diario de esa jornada. «Está claro que soy una adicta, y la dependencia resulta repugnante», anotó una alumna. «Los medios sociales son mi droga», apuntó otro. «La mayoría de los estudiantes universitarios son no ya reticentes, sino funcionalmente incapaces de privarse de sus conexiones mediáticas con el mundo», concluyó la Universidad de Maryland. Ambos casos bien hubieran podido ser tomados a chacota, pero es que había más. Un estudio de la Universidad de Stanford realizado sobre 200 personas halló que uno de cada diez usuarios se sentía «adicto a más no poder» a su iPhone. Un cuatro por ciento reconoció sufrir cierto grado de compulsión. En los dos años transcurridos desde entonces, la inquietud sobre la 'patológica' naturaleza de la Red no ha hecho sino crecer. Así lo evidencia el nuevo libro de Larry Rosen, iDisorder, publicado por la principal editorial de textos académicos. El equipo de colaboradores de Rosen entrevistó a 750 personas para detallar sus hábitos tecnológicos, lo que pensaban en relación con dichos hábitos y los resultados ofrecidos en varios test estándar para detectar la presencia de trastornos psicológicos. Rosen encontró que la mayoría de los entrevistados, excepto los mayores de 50 años, chequean los mensajes de texto, el correo electrónico o el estado de sus redes sociales «todo el tiempo» o «cada 15 minutos». Más inquietante todavía es que quienes pasaban más tiempo conectados a Internet hacían gala de un mayor número de «rasgos de personalidad compulsiva». La decisión de estar todo el día conectado no siempre es propia. No es la elección personal la que lleva a la mayoría de los jóvenes empleados de corporaciones a mantener el Blackberry en la mesita de noche, junto a la cama, ni la que lleva al 80 por ciento de las personas en vacaciones según otro estudio de 2011 a cargar con ordenadores portátiles y teléfonos para estar en contacto con su centro de trabajo. Pero es que, en realidad, la elección personal tampoco es la que lleva a los usuarios de teléfonos inteligentes a chequear sus móviles justo antes de acostarse y a los pocos minutos de despertar por la mañana.Da la impresión de que estamos eligiendo utilizar esta tecnología, pero el hecho es que dicha tecnología se está haciendo con nosotros merced a su potencial para la gratificación a corto plazo. Cada pitido puede ser aviso de una oportunidad social, sexual o profesional, y nuestra respuesta en el acto genera una minirrecompensa en forma de descarga de dopamina. «Estas recompensas son pequeñas inyecciones de energía que alimentan el motor de la compulsión, de forma muy parecida al frisson sentido por el jugador cada vez que alguien deja una nueva carta sobre la mesa -explica la especialista del MIT Judith Donat-. En términos acumulativos, el efecto es potente y difícil de resistir». Desde hace poco es posible contemplar cómo esta forma de uso de la web va reestructurando el cerebro. En 2008, Gary Small, el director del Centro de Investigación de la Memoria, fue el primero en documentar los cambios cerebrales ocasionados incluso por la utilización moderada de Internet. Small reunió un grupo de 24 personas -la mitad de ellas, usuarias experimentadas de la web y la otra mitad, novatas en Internet- y las sometió a un escaneo cerebral. Las diferencias resultaron ser extremas, pues los usuarios de la web mostraban alteraciones fundamentales en el córtex prefrontal. Pero la verdadera sorpresa llegó algo después. A los que no usaban habitualmente Internet se les pidió que durante una semana pasaran cinco horas diarias conectados a la web y volvieran para ser sometidos a nuevos escaneos. «Los individuos habían reconvertido sus conexiones cerebrales», escribió Small después, no sin elucubrar con pesimismo sobre lo que puede pasarles a quienes pasan más tiempo enganchados a la Red. El cerebro de los adictos a Internet se parece al de los adictos al alcohol o las drogas. En un estudio aparecido en enero, unos investigadores chinos hablan de «materia blanca anormal» células nerviosas cuya función es la de la aceleración en las áreas especializadas en la atención, el control y la función ejecutiva. Un estudio paralelo ha encontrado transformaciones parecidas en los cerebros de los adictos a los videojuegos. Y ambos estudios se superponen con los resultados de otras investigaciones que asocian la adicción a Internet con «anomalías estructurales en la materia gris», esto es, una reducción de entre el diez y el veinte por ciento en el área del cerebro responsable de procesar el habla, la memoria, el control motriz y las emociones. Al igual que la adicción, la posible conexión digital a la depresión y la ansiedad en su momento fue objeto de burlas. Un estudio de 1998 financiado por Carnegie Mellon encontró que el uso de la web durante un periodo de dos años estaba vinculado a sentimientos depresivos, soledad y la pérdida de amigos en el mundo real. «Pero los entrevistados eran todos habitantes de Pittsburgh», ciudad no especialmente 'alegre', se mofaron los críticos. En los últimos cinco años, numerosos estudios han replicado los resultados inicialmente obtenidos en Carnegie Mellon, y de forma aumentada. Un reciente estudio norteamericano basado en datos sobre el uso de la web por los adolescentes a lo largo de los años noventa ha encontrado una vinculación entre el tiempo pasado en la web y la aparición de trastornos depresivos durante la primera edad adulta. Los investigadores chinos, asimismo, han hallado «una conexión directa» entre el uso abusivo de la Red y el desarrollo de depresiones agudas, mientras que los estudiosos de la Case Western Reserve University hablan de una correlación entre el uso continuado de los mensajes de texto y los medios sociales con el estrés, la depresión y los pensamientos suicidas. Y sobre este estudio, un artículo publicado en la revista Pediatrics subrayaba el incremento de un nuevo fenómeno conocido como 'depresión de Facebook'. El año pasado, cuando el canal MTV encuestó a sus espectadores de entre 13 y 30 años sobre sus hábitos en la Red, la mayoría dijo sentirse «definido» por cuanto colgaban en la web, «exhaustos» por tener que estar siempre colgando información y por completo incapaces de abstenerse de Internet por miedo a estar perdiéndose algo. MTV lo denominó el síndrome FOMO (Fear Of Missing Out). El último estudio sobre la relación entre Internet y la depresión es aún más triste. La Universidad del Estado de Misuri estuvo siguiendo los hábitos en la Red de 216 jóvenes, el 30 por ciento de los cuales daban muestra de depresión. Los resultados, publicados el mes pasado, revelan que los jóvenes deprimidos son los que más usan Internet, los que dedican más horas al correo electrónico, los chats y los videojuegos. También son los que cambiaban con mayor frecuencia de ventanas de navegación, en una búsqueda constante y no fructífera, o eso se supone. Son como Doug, un alumno de una universidad del Medio Oeste que tenía cuatro avatares y mantenía los cuatro mundos virtuales abiertos en el ordenador, junto con sus trabajos universitarios, correo electrónico y videojuegos. Doug dijo a Turkle que su vida real «no es más que otra ventana más» y que «tampoco es que se trate de mi mejor ventana». Algunos tratados sugieren que en este mundo digitalizado podría estar el origen de formas incluso más extremas de enfermedad mental: trastorno múltiple de la personalidad, alucinaciones y psicosis. Un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv publicó a finales del año pasado lo que definen como los primeros casos documentados de «psicosis inducida por Internet».¿Y qué podemos hacer al respecto? Pues, para empezar, tomar conciencia de la situación, decidir cómo queremos que sea nuestra relación con la Red y las nuevas tecnologías. Lo que está claro es que es nuestra mente la que está en juego.

Monday, September 10, 2012

Reiniciando

Como es septiembre, vuelvo al cole tras un más que largo verano sin entradas "blogerísticas". Lo hago actualizando algún apartado (libros, disco de la semana, diseño...), y creando el "blog pirómanos" donde añado dos blogs interesantes de una periodista inquieta ( @GloriaBayo ) y del frontman (si él me lo permite, @philc0re ) de Dinamyca - @Dinamyca -. Estoy preparando un pequeño artículo sobre el nacimiento del thrash metal español con algún que otro vídeo y, sobre todo, las bandas que lo han encumbrado. Además, a no mucho tardar, quería hacer un pequeño comentario de la serie, que tras cinco temporadas, está a punto de poner su sello final: Breaking Bad. Nos vemos en la próxima... @sakfdez

Thursday, June 02, 2011

Amnesia

Los madrileños HAMLET están ultimando los detalles de su próxima obra "Amnesia". Esta es una posible lista de los temas que incluirá el trabajo

* Origen
* La fuerza del momento
* Entre la niebla
* Mi soledad
* Deja vu
* La sombra del pasado
* Despertar sin vida
* Un mundo en pausa
* Estado de fuga
* Al tercer día
* Desesperación

El material estará disponible la próxima primavera a través de Roadrunner Records.

El trabajo se ha grabado en los estudios Sadman de Madrid con Carlos Santos (ICTUS, ANOTHER KIND OF DEATH) como productor, y será mezclado en los estudios Fredman de Gotemburgo, Suecia por Fredrik Nordström (IN FLAMES, DIMMU BORGIR, SOILWORK, ARCH ENEMY, OPETH).

La banda fichó recientemente con la agencia de contratación Weird World.

fuente